Solidaridad, esperanza e inclusión en un mundo enfrentado a múltiples crisis

Hemos superado la barrera de los 100 millones de desplazados forzosos en todo el mundo. Se prevé que la escalada de los conflictos, las catástrofes climáticas y el aumento del coste de la vida, agravado por las crisis alimentaria y de combustible, lleven los desplazamientos forzosos a niveles sin precedentes. Este año, la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) calcula que 117 millones de personas se verán obligadas a desplazarse.

Huyendo de la violencia, las catástrofes y la pobreza extrema, lxs refugiadxs están tomando rutas desesperadas. En los primeros meses de este año, las travesías del Mediterráneo se han triplicado, con unos 54.000 hombres, mujeres y niños que se embarcan en peligrosas pateras para llegar a Europa. Sólo en los tres primeros meses se han registrado 400 muertes en el Mediterráneo. También se están produciendo travesías peligrosas en otros mares, como el Canal de la Mancha, los Cayos de Florida (Estados Unidos), el mar de Andamán y el golfo de Bengala, en los que huyen miles de refugiadxs rohingya. En la frontera entre Estados Unidos y México, las caravanas de migrantes y refugiadxs quedan en un limbo de violencia y represión.

Este año, el ACNUR calcula que 117 millones de personas se verán obligadas a desplazarse.

Lamentablemente, la situación se vuelve más desesperada a medida que los gobiernos adoptan la respuesta contraria, instaurando políticas que violan los derechos humanos y el derecho humanitario. En Europa y Estados Unidos, por ejemplo, la disuasión, la detención, las expulsiones colectivas y la externalización de fronteras a terceros países se han convertido en la política dominante.

Según ACNUR, hay unos 32 millones de refugiadxs y 5 millones de solicitantes de asilo que necesitan protección internacional. Aunque se ha ofrecido el estatuto de protección temporal a lxs refugiadxs ucranianos, es lamentable que se deje fuera a refugiadxs de otras nacionalidades. A pesar de la retórica, los países ricos del Norte no abren rutas seguras ni programas de reasentamiento para lxs refugiadxs. Los países en desarrollo, también asolados por conflictos y catástrofes, siguen acogiendo al 85% de los refugiados del mundo. Millones viven en condiciones precarias en campos de refugiados durante muchos años o incluso décadas. Ante esta situación, no es de extrañar que muchos hayan perdido la esperanza y emprendan peligrosos viajes. Son presa de contrabandistas y traficantes de personas que se lucran con la crisis humanitaria. En un escenario igualmente preocupante, los políticos de derecha están utilizando a lxs refugiadxs y migrantes como chivos expiatorios, avivando el racismo y la xenofobia.

Rosa Pavanelli, Secretaria General de la ISP, afirma:

"En este Día Mundial del Refugiado, decimos no a un sistema de asilo y migración roto. Ya está bien de ver más sufrimiento y muertes de solicitantes de asilo y refugiadxs, que como todos nosotros, intentan sobrevivir a las múltiples crisis sociales, políticas, medioambientales y económicas a las que nos enfrentamos, aunque sea en una posición muy desfavorecida. Como sindicatos de servicios públicos, conmemoramos el Día Mundial del Refugiado con un fuerte mensaje de solidaridad, esperanza e inclusión.

Nos solidarizamos con lxs refugiadxs. Todxs lxs refugiadxs son bienvenidos en nuestras comunidades, nuestros lugares de trabajo y nuestros sindicatos.

Como trabajadorxs de los servicios públicos en primera línea de conflictos y catástrofes, aportamos esperanza. Trabajando con nuestros aliados, superaremos estas crisis, como hicimos durante la pandemia. Ya sea protestando en las calles, negociando con los gobiernos o presionando a los organismos internacionales, nuestra lucha continúa.

Y por último, la inclusión. Defendemos unos servicios públicos de calidad para que todxs, es decir, refugiados, migrantes, desplazados internos y comunidades de acogida, puedan acceder al derecho humano a los servicios básicos y a la protección social. Exigimos inversión en servicios públicos, no armas.

Mientras transmitimos estos mensajes, hacemos un llamamiento urgente a los Estados para que establezcan vías seguras y legales para el asilo y la migración. Estas vías y medidas deben basarse en los derechos humanos, tener en cuenta a la infancia, transformar la perspectiva de género y estar libres de cualquier forma de discriminación."